2014 ha sido un año con importantes hitos para la cadena agroalimentaria en España. Entre los más destacados, yo resaltaría los 10 siguientes: 

1. Primer año de la Ley de la cadena. Con el año recién comenzado, el 3 de enero de 2014 entraba en vigor la Ley 12/13 para la mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria con el objetivo de dar transparencia y seguridad jurídica a las relaciones comerciales de la cadena. Durante este año se ha puesto énfasis en explicar y difundir las novedades que acarrea la Ley, mientras las partes han negociado el futuro código de buenas prácticas comerciales previsto en la misma, el cual será finalmente acordado en 2015.

2. Un año sin observatorio de precios. Por primera vez desde su creación hace ya algo más de una década, el Observatorio de Precios (convertido en Observatorio de la cadena en virtud de lo recogido en la Ley de la Cadena) no se ha reunido en ninguna ocasión, y el sector lo ha echado de menos. La cadena agroalimentaria no dispone de un foro de tal magnitud para el diálogo y el intercambio de información. Es urgente que se apruebe el Real Decreto que lo regula y se convoque lo antes posible. Irá en beneficio de todos.

3. Las cooperativas comienzan a ganar a dimensión. La Ley de integración cooperativa aprobada en 2013 ha empezado a dar sus frutos y se han producido las primeras fusiones e integraciones. Por ahora, parece que las más grandes han tenido más fácil dar el paso hacia delante para crecer, el reto es que 2015 sirva también para el crecimiento ordenado y sensato de las pequeñas. La implicación de las CCAAs será fundamental, pero ojo con crecer por crecer, sin una estrategia detrás, que puede suponer agrandar el problema de una cooperativa mal gestionada.

4. La aprobación definitiva de la PAC. Los debates y negociaciones sobre la implantación de la PAC en España han terminado y ésta empieza a aplicarse a partir del día 1 de enero. Muchas voces autorizadas hablan ya de que en 2015 se reabrirá el debate para empezar a hablar de la siguiente reforma. No en vano, el nuevo Comisario de Agricultura ya se ha apresurado a afirmar que toca simplificarla de nuevo. La PAC parece el cuento de nunca acabar que hace que agricultores tengan que hacer un master en PAC cada 3 años.

5. La rentabilidad de la producción agraria ha bajado, pero el petróleo parece dar un respiro. Según la 1ª estimación del MAGRAMA, la renta agraria  ha descendido en torno a un 7% respecto al año anterior. Sin embargo, la bajada del precio del petróleo, que parece haber venido para quedarse un tiempo, supone una oportunidad única para reducir los costes de producción del sector agrario al menos en 2 de sus componentes más significativas: el gasóleo agrícola y los fertilizantes.

6. El IVA de los alimentos no subió. Afortunadamente para el sector agroalimentario, el IVA de los alimentos no se elevó durante 2014 pese a haber estado en muchas quinielas del Ministerio de Hacienda y a la presión que se ejerce desde Europa. La experiencia de las últimas subidas es tan negativa que el sector tuvo que movilizarse en bloque para impedir una nueva. Por otra parte, las medidas de reducción de la presión fiscal previstas para 2015 pueden y deben suponer un importante impulso del consumo cuando se trasladen de forma efectiva a los bolsillos de la gente.

7. El consumo alimentario no despega. Sectores muy cercanos como el de hostelería, la restauración o la perfumería ya han anunciado que 2014 ha supuesto el primer año de incremento del consumo tras 6 de caídas. Sin embargo, el sector de la alimentación en el hogar sigue sin poder afirmar que el consumo haya repuntado definitivamente, aunque existe un optimismo moderado de cara a 2015.

8. El año del veto ruso. El gobierno ruso se despachó en Agosto con el anuncio del cierre de sus fronteras a la mayor parte de los productos agroalimentarios procedentes de la Unión Europea por un año. La campaña de fruta de verano que venía ya mal desde semanas antes, vio en este anuncio la puntilla para un cerrar un año malo. Las producciones que aún no habían entrado en campaña, tuvieron algo de tiempo para amoldarse a la nueva situación de consecuencias muy negativas para los sectores más exportadores. 

9. España se consolida como país exportador de alimentos. El estancamiento del consumo interior y el trabajo de empresas e instituciones en materia de internacionalización ha provocado que en 2014 las exportaciones de productos alimentarios se incrementaran más de un 7% en volumen y un 1,5% en valor estimado, datos que sitúan un año más al sector agroalimentario como 2º en importancia de nuestra economía tras el turismo en cuanto a balanza comercial. 

10. Tenemos nuevo Parlamento y nueva Comisión en Europa. 2014 ha supuesto la renovación de ambas instituciones, lo que supone una gran oportunidad. Teniendo en cuenta que la mayor parte de las decisiones que afectan al sector agroalimentario se toman en Europa, la cadena debe hacer un trabajo coordinado y eficiente para liderar los debates en Europa y asegurar que se legisla teniendo en cuenta las prioridades de nuestro sector, aunque esto ya son deseos para 2015 que darían para otro post.

Feliz 2015 a todos.

Es sin duda el tema del momento en el sector. Sólo unos pocos afortunados se han librado este verano de interrumpir sus vacaciones por culpa del anuncio del gobierno ruso de suspender por uno año las importaciones de productos agroalimentarios procedentes de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Australia. Eso sí, la suspensión no afecta ni al vino ni al aceite de oliva. Parece que de estos siguen queriendo comprar. Sin lugar a dudas, una decisión que hace tambalear los mercados de productos agroalimentarios de toda la Unión Europea, sobre todo de los frescos, mientras se produce el ajuste obligado. A día de hoy se tienen ya algunas certezas sobre sus posibles efectos pero, a mi modo de ver, lo peor está aún por llegar.

La campaña de fruta de hueso venía con problemas de sobreproducción desde mucho antes del veto y ha cogido al final de la campaña de melocotón y nectarina. Sin embargo, las producciones de hortalizas que se incorporaron en septiembre, así como manzanas, peras y cítricos pueden verse afectados por el veto desde el inicio. No hay duda de que  los agricultores son los más perjudicados por el veto ruso, pero no los únicos. No tanto por la cuantía de las exportaciones que realizaban directamente a Rusia (apenas el 1,7% de las mismas), sino por el efecto rebote de la saturación de los stocks de países que si han sido históricamente grandes exportadores a dicho mercado (incluso exportando productos made in Spain). Por suerte, disponen de mecanismos de mercado más o menos eficaces (ese es otro debate) para paliar este tipo de situaciones en la Política Agraria Común. Sin embargo, el resto de eslabones de la cadena también se está viendo afectado. Y lo peor está aún por venir. 

Como era de esperar, los países no afectados por el veto ruso se están apresurando a firmar acuerdos comerciales con Rusia para asegurar el suministro y ocupar el espacio que dejan libre los países afectados por el veto. Es por ello que, en productos que aún no se encuentran en temporada en España como los cítricos, los precios de las importaciones provenientes de Argentina y Sudáfrica se están disparando, por lo que los distribuidores están encontrando serias dificultades para adquirir este tipo de productos a precio competitivo ¿ha reparado alguien en ello y en sus posibles efectos? Otros productos como las manzanas y las peras, que entran muy pronto en campaña, pueden sufrir el problemas en sentido contrario. ¿Intentarán italianos y franceses colocar su producto en nuestro mercado? ¿y los polacos? Que nadie lo dude, lo intentarán.

Artículo publicado en la revista Alimentación (El Economista) en Octubre de 2014.